Un Caribe de ensueño

Josefina no encontraba la forma de poder realizar o planificar el viaje desde aquel día en que a través de las redes sociales quedó deslumbrada con el paisaje y lo exótico que le pareció aquel paraíso de nombre Punta Cana, ubicado en la zona este de una pequeña isla denominada República Dominicana, pero entendía que el proceso para llegar debía ser muy riguroso y nunca se había aventurado a realizar un viaje a una de estas islas del Caribe, porque escuchaba de amigos y relacionados lo tormentoso que podría resultar el mismo.

Pero la magia que se exhibía a través de los videos que devoraba sin cesar, Josefina decidió investigar a través del internet, de como era el proceso, los hoteles, que tipo de personas visitaban este impresionante lugar, cargado de arenas blancas y unas playas donde la vista se perdía mirando el horizonte.

Luego de investigar por varios días sobre la isla, viendo videos a través de Youtube, tanto de personalidades dominicanas como viajeros de otros países que hablaban de lo seguro y confiable que resultaba viajar a la República Dominicana y sobre todo el paraíso de Punta Cana, adornado por sus emblemáticas arenas blancas que competían con las aguas azules de las extensas y admirables playas.

Por fin Josefina tomó la decisión, indagó sobre como era el proceso para viajar, si necesitaba algún tipo de documentación adicional o un permiso para poder viajar desde su país hasta República Dominicana, específicamente para visitar Punta Cana, y solo encontró lo normal, y dentro de esto un trámite que luego se dió cuenta de lo fácil y rápido que resultaba el mismo, se trataba del llamado eticket, que es un formulario donde se solicita información sobre el viajero, sin importar si es dominicano o extranjero, como una manera de tener datos de los visitantes y personas que entran o salen del territorio y a través de que vías llegan.

Una vez completado el proceso tan sencillo, Josefina se disponía a viajar y disfrutar de esas mágicas playas y otros paisajes que había descubierto a través del internet y las redes sociales.

Ya en tierra dominicana, utilizando el aeropuerto internacional de Punta Cana, que tiene vuelos desde y hacia todos los países prácticamente y donde su ciudad estaba disponible, estaba recibiendo ofertas de clases de baile para aprender a bailar merengue y bachata, así como para visitar una infinidad de sitios que cada uno superaba al otro.

La amabilidad de los dominicanos le sorprendió, pues aunque había podido escuchar y ver a través de los videos en Youtube de las personas que hablaban al respecto, no se imaginaba que era mucho mejor de lo que se veía, por lo que se sentía sumamente complacida y muy confiada.

Josefina disfrutó a plenitud y quedó maravillada con la belleza, amabilidad de los dominicanos y del personal que la estuvo atendiendo, así como también lo impresionante de la cultura dominicana, su historia y más que todo su gastronomía, lo que le pareció algo muy fuera de serie, por la diversidad y la forma de elaborar cada plato.

Josefina se iba de regreso a su ciudad, pero quedando prendada totalmente de la tierra dominicana, de las playas, los cocoteros, los paseos en botes, los bailes, el contagioso merengue y el amargue de la bachata, así como de los deliciosos platos degustados, y con la encomienda de regresar pronto y traer a varios de sus amigos, para poder entre todos, disfrutar a plenitud de este paisaje caribeño inigualable.